La experiencia de Carlos en un año académico en el condado de Kerry, Irlanda

La experiencia de Carlos en un año académico en el condado de Kerry, Irlanda

Carlos, un joven español de 16 años, decidió embarcarse en una aventura inolvidable al cursar un año académico en el condado de Kerry, Irlanda, a través de las agencias Irelandes.com y The Run Walkers. Su objetivo era mejorar su inglés, explorar una nueva cultura y vivir experiencias únicas que marcaran su vida para siempre.

Llegada y primeros días en Kerry

Al llegar al condado de Kerry, Carlos quedó impresionado por la belleza natural del lugar. Montañas imponentes, verdes praderas y vistas espectaculares del océano Atlántico lo recibieron. Fue asignado a una familia anfitriona en un pequeño pueblo cercano a Killarney, quienes lo acogieron con calidez. Desde el primer día, su familia anfitriona lo hizo sentir como en casa, enseñándole costumbres locales, palabras en gaélico y hasta la importancia del té en la cultura irlandesa.

En su primer día de clases, Carlos estaba nervioso, pero rápidamente conectó con otros estudiantes internacionales y locales que lo hicieron sentir incluido. La escuela tenía un enfoque práctico en la educación, fomentando debates, trabajos grupales y actividades extracurriculares. Aunque al principio le costó adaptarse al acento irlandés, pronto empezó a captar expresiones típicas y ganó confianza en su inglés.

Viviendo la cultura irlandesa

Carlos se sumergió en las tradiciones locales gracias al programa organizado por Irelandes.com, que ofrecía actividades culturales como clases de música irlandesa, bailes tradicionales y excursiones a lugares emblemáticos. Visitó el famoso Anillo de Kerry, los acantilados de Skellig Michael y el Parque Nacional de Killarney, donde realizó caminatas junto a sus nuevos amigos.

A través de The Run Walkers, Carlos descubrió su pasión por las actividades al aire libre. Participó en rutas de senderismo por el MacGillycuddy’s Reeks, el pico más alto de Irlanda, y en carreras locales organizadas para recaudar fondos para causas comunitarias. Estas actividades no solo le permitieron conocer la naturaleza de cerca, sino también interactuar con la comunidad local y fortalecer lazos.

Retos y aprendizajes

Uno de los mayores retos para Carlos fue adaptarse al clima lluvioso y las clases más participativas de lo que estaba acostumbrado en España. Sin embargo, aprendió a disfrutar de la lluvia como parte de la experiencia irlandesa y a desarrollar habilidades como la autoconfianza, la independencia y el trabajo en equipo.

Un momento que marcó su experiencia fue una excursión a los Acantilados de Dingle, donde pudo reflexionar sobre cuánto había crecido personalmente desde su llegada. Escribió en su diario: «Vine aquí para aprender inglés, pero estoy descubriendo un nuevo mundo lleno de historias, paisajes y personas increíbles que nunca olvidaré.»

Amistades y despedida

A lo largo del año, Carlos formó amistades que trascendieron las barreras culturales. Sus compañeros locales lo invitaron a fiestas tradicionales, como el Lá Fhéile Pádraig (Día de San Patricio), donde desfiló con ellos por las calles de Killarney. También celebró la Navidad al estilo irlandés, aprendiendo sobre las tradiciones de «Nollaig na mBan» (Navidad de las Mujeres).

Cuando llegó el momento de despedirse, Carlos sabía que había dejado una parte de su corazón en Kerry. Prometió volver algún día y, mientras abordaba el avión de regreso a España, llevaba consigo un sinfín de recuerdos, nuevas perspectivas y una fluidez en inglés que antes le parecía inalcanzable.

Reflexión final

Gracias a Irelandes.com y The Run Walkers, Carlos vivió una experiencia transformadora en el condado de Kerry, una mezcla de aprendizaje académico. Este año no solo mejoró su inglés, sino que le enseñó la importancia de abrirse al mundo, apreciar las diferencias culturales y abrazar nuevas aventuras.